22.4.13

QUE

Pero que indecente me volví al quererlo. Que egoísta, que terrible, ¡que temblor de humano! Que ancha me volví al quererle, al poblarle de mi cada centímetro de su cuerpo, y al llevarle a él a cada centímetro del mundo que ni siquiera quiero que sea mio. Que bruta, que seca, que caliente, que sencilla, que él me volví yo al quererle. Que yo tan perdida y dejada a los antojos de estar allí, colándome entre sus pasos y haciéndole tropezar para cacharle. Que yo tan tirada y estirada entre sus sueños y sus silencios. Pero que loca me volví al quererle. Al estarle y al sentirle. Al verle sin estar conmigo y al estar conmigo estando y no estando él. Que cerrada me volví al quererle. Al tocarle con cada palabra de mis labios, con cada tono de mi ser. Que abierta me volví al tenerle, y al decirle a la gente que estaba allí , él, conmigo, porque, el aunque no abierto, loco, decente ni terrible, me quería. Que indecente me volví al quererle. Que hablada, que sentida, que orgullosa y que jodida.

14.12.12

Había decidido ya no llorar por él, que esa colección de conversaciones secas del él que habitaba su cabeza debía quedar enterrada, y no precisamente bajo el poco contenido de sonrisas inspiradas en sus besos. Había ya decidido tantas cosas, con la mente clara y las emociones frías, frías como sus manos al amanecer con él, antes de realmente hacerlo. Tenía todo calculado, calculado hasta el momento de reír nuevamente, hasta el momento del suspiro que sacara de ella toda memoria de sus momentos separados, cerca y juntos, cuando su memoria no estuviera habitada por sus encuentros. Estaba todo listo y recién salida la luz del sol, con el roce de su cara, de la almohada y su cabello, con el roce del sol y el ardor de su pecho, justo allí, con todo el cielo vacío de azul y poco poblado de nubes, allí, sólo allí las lágrimas corrieron por sus ojos, allí sus labios no se fruncieron como esperaba, allí la música no sonó en su cabeza. Allí todo estaba pasando, todo cuándo abrió sus ojos para verle a su lado, parecía que estaba pasando lo que no debía suceder nunca más, pasó cuando se dio cuenta de que no sólo quererlo no era suficiente, sino que la espera de sus planes ya había sido demasiada. Había pasado todo, o más bien estaba pasando. Aún su cara se humedecía constantemente y aquel no se daba cuenta de nada, todo al parece pasaba como debía serlo. No lloraba por él, sino por ella, por la satisfacción de su propia decisión, por el hecho de quererlo y por el hecho de querer tomar su cosas y correr libre, tan libre como en sus brazos. No reía, y no lloraba, sus emociones no estaban muertas, ella estaba viva, completa con ella misma. Con él y sin él. Lista para que él se fuera y con ganas de decirle que marchara como el tiempo. Todo pasaba en cuestión de segundos. No habría vuelta atrás, ya no era él el del plan, ella marcaba la ruta, así como la ruta de las gotas saladas hacia sus labios, hacia aquello con lo que ella profanaba todo lo que aparecía frente a ella, como esa ruta que ella había planeado y que parecía recorrer por terraceria. Todo paso y por fin pudo quedarse sin él. Por fin su risa dejo de sonar abruptamente, por fin adopto su rostro una risa clara, firme y llena. Dejó de llorar. Años pasaron y no había agua propia que le refrescase la mejilla, ella había comprendido el valor de sus lágrimas.

25.11.12

Lo que vos tenes...

Y sí! Tienes lo que yo de él nunca tuve. Sus labios nunca rozaron los mios y sus manos nunca pegaron mi cuerpo al suyo. Yo nunca salí tomada por sus brazos a la calle y él nunca cargo, en lugar de tu bolsa, mis libros. No dormí con él sólo durmiendo, y no dormí con él amaneciendo cansada de su presencia y feliz con el hecho de hacerlo. No hablo a mi casa. No hablo con la gente que carga los apellidos que cargo yo y no hablo de mi a la voz, de verdad, pública. Pero ¡eh! A mi, me amo. Me amo en esa lejanía impuesta. Le vi como tú nunca lo harás y como yo siempre quise hacerlo. Me amo en tanto cada tema que habla contigo lo pensó conmigo. En tanto probó todo lo que yo hacía, y, que lo que yo hacía no era otra cosa más que amarle por igual. Me amo cuando valorizo tanto mis palabras que estas quedaron tatuadas en su piel. Me amo de tal manera, tan única e irrepetible, que un solo dedo suyo sobre mi cuerpo le hacia explotar. Que un dedo suyo sobre el cuerpo mío le hacia brotar las lagrimas de los ojos con los que del diario me veía y las lágrimas del alma con las que del diario me soñaba. Me amo en pleitos y discordias, en todo tipo de implicaciones y acordes. Me amo cuando canto con tu guitarra mi canción, y cuando con tu guitarra lo dijo con tu voz. Me amo cuando llego a ti y fuiste su rescate. Cuando dentro de las cámaras nuestras risas aún recorriendo el mundo entero ya no se escuchaban. Me amo y me ama como tu, solo tu, lo sabes. Me ama a tal grado que lo alejas y te alejas, y me borras, y lo logras y él finge amarte. Me ama a tal grado que tu, aun sabiendo que no estaremos juntos, mueres de miedo. Nos amamos de tal manera que aun somos nuestros asombros y nuestras sombras, de tal manera que él dice lo que pienso y yo no dejo de pensar en que me dice. Nos amamos tanto y de manera tan pasada y tan futura que somos el infinito de nuestros finitos, de nuestras almas y nuestros cortos números y muertos. Nos amamos y nunca nos lo diremos porque no queremos, porque amor como éste solo se confiesa si se siente uno menos por otra persona, otra persona que dedique su existencia al amor, una persona como tú. Nos amamos y es lo que importa. Porque importas. Nos amamos y tu nos lo haces saber. Nos amamos porque él me refleja en ti y contigo se va. Nos amamos porque yo no me canso de buscarle y de tenerle en tantos casos que me hagan crecer más. Nos amamos pero para estar así, tan lejos que nuestros corazones se amplifiquen para que quepamos en ellos. Nos amamos y te lo repetimos porque solo tu lo sabes.

Olvido

Que aquel que se afana en el olvido pena y vida sin afán encuentra que se encuentra en el borde del delirio cuando en muerte es al que más se le recuerda Que sí fue pomposo de belleza innata que sí fue ausente por estar leido qye su grata o ingrata fue su andanza que si presencia de nocturno o torbellino Que sí fue hombre de mujer de dulce pecho que sí fue de padre, ya marin, ya militante que sí fue enseñado, no educado o didacta que sí fue aburrido, silencioso o riente Que sí fue de beso dulce o amargado que sí fue de brazo frio y paso lento que sí fue de reflexión, concepto o vicio que sí fue de quereres, amares o momentos Que sí quiso olvido a razón que no recuerda porque de razón que no cordina se hace olvido que sí es olvido de mañana reprimida que sí es olvido de noche descubierta Que aquel que no entendio en su vida sin camino que el olvido es el paso mas enfermo y que así, enfermo, murio estando vivo y ya muerto, sin salud, se le recuerda

Seré tuya

Seré tuya, y se lo juro a los vientos que logran recorrer tu rostro mientras yo me guardo las ganas de hacerlo. Seré tuya y dejaré de mentirte. Lo seré en tanto me dejes dejar de quererte. Seré lo que soy ahora, y lo seré anteponiendo mi vida a la palabra de una mujer muerta. Seré esto que quiero y que te quiere y no quiere hacerlo. Seré aquello que conociste: esa niña tirada en la zona de no pisar el pasto. Aquello que no te dejaba estar en paz y se la pasaba aventándote petalitos de flores ya muertas. Seré lo que fui la primea vez que me miraste y lo que estas mirando justo ahora. Seré tuya en su totalidad y me quejare como nunca. Y es que sí, que sea tuya implica muchas cosas más de las que ya posees, muchas mas de las que ya poseemos. Ser tuya y dejar de quererte implica arrancarte todas las ganas de ahorrar agua bañándonos juntos. Implica hacerte cortar el pasto y comprar más flores. Implica, cariño, llamarte por tu nombre y que te duelan a ti los golpes que desgastan a mis manos cuando chocan con tu cuerpo. Dejar de quererte implica ser tuya y que tú ya no me quieras. Ser tuya implica que te canses de mi y mi desorden. Que te canse de mi terror a las alturas y que quieras enterrarme viva. Ser tuya implica que yendo a mi lado me busques en otros ojos pero que solo desees mis labios. Ser tuya corazón nos implica de tal modo que no podemos vivir juntos. Implica que mis gritos nunca cesen. Que mis lágrimas no existan. Que mis manos se vuelvan turbias, necias, frías. Implica que olvides mi nombre y el día que nos conocimos. Que el negro de mis ojos no te llame la atención. Que mis fachas y manías pierdan su encanto y regresen a lo que son. Que dejes de escuchar mis necedades y que dejemos de resolverlo todo matándonos a besos. Implica que no te compartiré mi almohada ni mi cobija de la buena suerte. Dejarte de quererme, cariño, implica olvidarme. Comenzar a reprocharme y no creer en mis palabras. Implica no querer llegar a casa y comprar otro shampoo. No ponerle gasolina al coche y no escuchar mi encanto de pista de cellos de 5 cuerdas. Implica, corazón, que podrás ir a tus partidos, a tus bares y desastres. Implica quedarte en la oficina matando tu razón. Ser tuya, corazón, implica dejarnos de fingir y aprendernos tal cual somos. Ser tuya, corazón, implica regresar a las tazas de café y dejarnos de decir amor. Ser tuya, corazón, es reabrir nuestras personas y enamorarnos así, de nuestro verdadero ser. Implica, corazón, pasarlo toda nuevamente.

27.4.12

Enarmorarnos

Seré tuya, y se lo juro a los vientos que logran recorrer tu rostro mientras yo me guardo las ganas de hacerlo.
Seré tuya y dejaré de mentirte. 
Lo seré en tanto me dejes dejar de quererte.
Seré lo que soy ahora, y lo seré anteponiendo mi vida a la palabra de una mujer muerta.
Seré esto que quiero y que te quiere y no quiere hacerlo.

Seré aquello que conociste tirada en la zona de no pisar el pasto. Aquello que no te dejaba estar en paz y se la pasaba aventándote petalitos de flores ya muertas.
Seré lo que fui la primea vez que me miraste y lo que estas mirando justo ahora. Seré tuya en su totalidad y me quejare como nunca.
Y es que sí, que sea tuya implica muchas cosas más de las que ya posees, muchas mas de las que ya poseemos.
Ser tuya y dejar de quererte implica arrancarte todas las ganas de ahorrar agua bañándonos juntos. Implica hacerte cortar el pasto y comprar más flores. Implica, quererte, cariño, llamarte por tu nombre y que te duelan a ti los golpes que desgastan a mis manos cuando chocan con tu cuerpo.
Dejar de quererte implica ser tuya y que tú ya no me quieras.
Ser tuya implica que te canses de mi y mi desorden. Que te canse de mi terror a las alturas y que quieras enterrarme viva. Ser tuya implica que yendo a mi lado me busques en otros ojos pero que solo desees mis labios.
Ser tuya corazón nos implica de tal modo que no podemos vivir juntos.
Implica que mis gritos nunca cesen. Que mis lágrimas no existan. Que mis manos se vuelvan turbas, necias, frías. Implica que olvides mi nombre y el día que nos conocimos. Que el negro de mis ojos no te llame la atención. Que mis fachas y manías pierdan su encanto y regresen a lo que son. Que dejes de escuchar mis necedades y que dejemos de resolverlo todo matándonos a besos. Implica que no te compartiré mi almohada ni mi cobija de la buena suerte.
Dejarte de querer, cariño, implica para ti: olvidarme. Comenzar a reprocharme y no creer en mis palabras. Implica no querer llegar a casa y comprar otro shampoo. No ponerle gasolina al coche y no escuchar mi encanto de pista de cellos de 5 cuerdas. Implica, corazón, que podrás ir a tus partidos, a tus bares y desastres. Implica quedarte en la oficina matando tu razón.
Ser tuya, corazón, implica dejarnos de fingir y aprendernos tal cual somos. 
Ser tuya, corazón, implica regresar a las tazas de café y dejarnos de decir amor.
Ser tuya, corazón, es reabrir nuestras personas y enamorarnos así, de nuestro verdadero ser.